Discapacidad como Oportunidad para Sobresalir

Es común que a las personas con discapacidad se nos vea como personas merecedoras de una gran admiración por el simple hecho de haber aprendido a sobrellevar su deficiencia de manera digna, lo cual es ciertamente algo meritorio en si mismo; pero en realidad y sin menospreciar todo lo que ello implica debemos reconocer que aquellos ejemplos de superación son solamente una muestra de la capacidad del ser humano para vencer la adversidad.

En el caso particular de las personas con discapacidad la adversidad se convierte en un factor muy común con el que se debe aprender a vivir; si bien la cantidad de adversidades que se le presentan a una persona sin discapacidad puede ser inmensa, consideremos que para una con discapacidad es mucho mayor, ya que dependiendo el tipo de discapacidad y el grado de esta  será en gran medida lo que determinara un cargo extra de dificultades adicionales con las que no queda de otra mas que acostumbrarse.

Pese a lo anterior consideremos que las discapacidades pueden acarrear importantes beneficios, tanto para las personas que las tienen como para todos los demás.

Como evidencia de esto, consideremos la interminable lista de figuras históricas que han tenido discapacidades: artistas desde Van Gogh hasta Pollock, escritores desde Homero hasta Christy Brown, músicos desde Beethoven hasta Stevie Wonder, líderes políticos desde Julio César hasta John McCain, científicos desde Sir Isaac Newton hasta Stephen Hawking.

¿Porqué tantas gentes de talento incomparable han sido discapacitados?  

Algunas enfermedades mentales, como la esquizofrenia, autismo / síndrome de Asperger, desórdenes de bipolaridad (Villalva, 2003) y depresión se encuentran frecuentemente en personas sumamente creativas y productivas. El “genio loco” es un estereotipo falso, pero como muchos clichés contiene algo de verdad.   Mientras que una psicosis hecha y derecha es invariablemente debilitante, los problemas mentales moderados o aquellos en remisión pueden con cierta frecuencia proporcionar incentivos e incluso inspiración. No se puede negar la brillantez de Albert Einstein; pero su retardo para hablar (no habló hasta que tuvo tres años) unida a sus pobres relaciones interpersonales, descuidada apariencia, preocupación por conceptos abstractos, y compulsión por usar ropa muy suave, son todos síntomas de autismo, una enfermedad mental que generalmente produce incapacidad. La preocupación de Einstein se convirtió en un incomparable legado.

Los problemas de aprendizaje también son comunes entre las personas dotadas.   A Thomas Edison le fue tan mal en la escuela que sus profesores pensaron que era “retrasado”.   Actualmente, los sicólogos hacen referencia a un único e incomparable estilo de aprendizaje en los niños superdotados como “el factor Edison”.   En el Instituto Tecnológico de Massachussets (M.I.T.), donde se educan algunos de los estudiantes científicamente más capaces en el mundo, son tan comunes los problemas de lectura que se refieren a la dislexia como la “enfermedad del M.I.T.”

Fuera de todo lo demás que esto puede acarrear, el  tener una discapacidad nos coloca en una situación que exige adaptación.

Las personas que usan silla de ruedas por ejemplo: tienen que aprender muchas cosas acerca de las alternativas de movilidad; aquellos que son sordos deben encontrar distintos medios para comunicarse; mientras que la ceguera trae consigo la necesidad de hacer muchos cambios con respecto a actividades para realizar tareas que otros hacen de manera casi automática.

La mayor parte de las personas pueden llevar a cabo las rutinas cotidianas de la vida diaria casi sin pensar en ellas.   No es así para aquellas que tenemos una discapacidad.   Siempre nos estamos ajustando, adaptando, improvisando – haciendo lo que sea necesario para seguir adelante.   Cuando la capacidad de adaptación del pensamiento se hace habitual, puede constituirse en una poderosa herramienta.  

Con mucha frecuencia la gente asume que las personas con discapacidad exitosas han “triunfado sobre” su impedimento, sin reconocer la importancia del rol que la discapacidad por si misma ha tenido en sus logros.   Una de las grandes ironías del siglo pasado fueron las atrocidades cometidas por el Tercer Reich, las que se iniciaron como un programa contra los alemanes discapacitados, y llegaron a su fin gracias a las Fuerzas Aliadas comandadas por dos grandes hombres con discapacidad: Franklin Roosevelt, quien tenía polio, y Winston Churchill, quien padecía de depresión crónica.   (Selecciones, 1983).

Muchos historiadores consideran que sus discapacidades prepararon a ambos para los muchos contratiempos que sobrevendrían antes de la victoria final de la guerra.   ¿Dónde estaríamos nosotros hoy si ellos hubieran tenido vidas más ordinarias?

Las discapacidades proveen a quienes las tienen, o a aquellos que están interesados en ellas, con una valuable perspectiva única.   La mayor parte de nosotros sabe que el interés de Alexander Graham Bell por la sordera lo llevó a inventar el teléfono.   Pocos saben que la máquina de escribir fue inventada como una “máquina de escritura” para una condesa italiana que era ciega, o que el Dr. Vinton Cerf, quien era parcialmente sordo, estaba acostumbrado a comunicarse a través del teletipo mucho antes que su investigación le granjeara el título de “Padre del Internet.”  (la próxima vez que escriba en un teclado el acceso a Internet a través de la línea telefónica, recuerde a quien lo hizo posible).

El invento mas celebrado del año 2001 fue el Segway HT (también conocido como “Ginger”), similar a un monopatín, creado por Dean Kamen.   La tecnología giroscópica que hizo posible a Ginger vino del trabajo previo de Kamen con una “silla de ruedas para subir escaleras de pie.

Todos nos beneficiamos diariamente de las provisiones hechas para las personas con discapacidades – puertas automáticas, rampas, carteles con señalizaciones y baños más grandes.   Los ingenieros han llamado a esto “el efecto de la rampa en la acera” debido a que las rampas en las aceras fueron desarrolladas para aquellas personas que usaban andadores y sillas de ruedas, pero ahora están siendo usados por ciclistas, patinadores, personal de entrega, padres que empujan cochecitos de niños – en general por todos. También hay algo conocido como “el efecto electrónico de la rampa en la acera” – son innovaciones tecnológicas desarrolladas para personas con discapacidad pero que pronto son adoptadas por las masas.   El ejemplo más obvio de esto son los subtítulos en la televisión, que fueron en un inicio creados para aquellos televidentes sordos pero ahora los encontramos en todos lados, en los bares de deportes, salas de espera de aeropuertos y en aquellas habitaciones donde alguien quiere ver una función de medianoche sin molestar el sueño de los demás.

Darwin teorizó, en el Origen de las Especies, que los organismos progresan debido a la adaptación del más fuerte, es decir la “supervivencia de los más aptos.”  (Selecciones, 1983). 
Él estaba, en parte, en lo cierto.   La historia y la experiencia nos han demostrado que un gran progreso también puede ser atribuido a aquellos que se han adaptado a sus limitaciones y debilidades.   Entender mejor este fenómeno nos haría más tolerantes ante nuestras propias limitaciones y las de otros, y también nos haría apreciar más las muchas formas en que todos nos beneficiamos de ellas.

El presidente Roosvelt pudo desde una silla de ruedas gobernar exitosamente, sacando hacia adelante a los Estados Unidos de Norteamérica, después de la gran Depresión del 29, y durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Si a Miguel de Cervantes Saavedra solo una mano le bastó para escribir el Quijote, la obra cumbre del idioma Castellano, aún no superada Quijano (1999).

Olvidémonos de las sillas de ruedas, de las muletas, de las prótesis, de los bastones. Veamos a las personas humanas que portan estas ayudas técnicas, como seres productivos que deben aportar al desarrollo nacional. No es lo que perdió o faltó lo que importa, lo que importa, es lo que quedó o sobró, después de traer o adquirir la discapacidad. Porque al fin y al cabo todos poseemos alguna discapacidad, todos estamos limitados en muchos ámbitos de la vida. ¡Que sean los méritos ciudadanos los que nos igualen, sin medir condiciones de discapacidad, edad, sexo, raza, procedencias geográficas, ni apellidos!. ¡Que sean estas grandes tareas los puntos de evaluación de los logros que sean alcanzados (Corporán, 2006).

Bibliografía

Quijano Pitman Fernando. (1999) Personas con discapacidad famosas y notables. Centro Nacional de Capacitación CONFE  a favor de la persona con discapacidad intelectual Ed.  Taller de Diseño e Impresión S.A. de C.V. México D.F.
Villalva Quiroz Axel F. (2003) Ari Telch, El Trastorno Bipolar afecto mi vida pero no mi carrera. Revista Unika Ed. Comunicación en Discapacidad S.A. de C.V. México D.F. año 2, Num 2 Julio – Agosto. Pp24.
Selecciones Reader’s Digest. (1983). Genios y figuras. México D.F. Tercera Edición Tomo l
Corporán Magino. Personas con Discapacidad. extraído de: http://www.hoy.com.do/app/article.aspx(10 12 2006)

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