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    La utilización desmedida de los juegos de video y la exposición por lapsos de más de dos horas a los destellos de un monitor, pueden generar convulsiones en menores de 14 años de edad. Incluso más de un millón de usuarios de computadoras y videojuegos tienen afecciones cerebrales y daños en las articulaciones de la mano.

    Estos daños se deben al uso constante de palancas, controles, mouses y otras herramientas empleadas para el funcionamiento de los modernos equipos, dijo el doctor Carlos Cuevas García, jefe de Neurología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional "Siglo XXI" del Instituto Mexicano del Seguro Social.

    Dichos trastornos, abundó el especialista, tienen su origen en una estimulación conocida como fótica, la cual se caracteriza por descargas intermitentes de luz; los destellos y las variaciones de imágenes son los que eventualmente pueden generar reacciones anormales en el cerebro.

    Estas situaciones imprevistas son denominadas como crisis convulsivas por videojuego, y al igual que en la epilepsia, se caracterizan por movimientos anormales en los que el paciente se muerde la lengua y pierde el control de sus esfínteres. Se trata de un evento en el que el infante pierde la conciencia, es decir, se desconecta de su entorno.

    No obstante, aclaró el neurólogo del IMSS, si el ataque convulsivo fue provocado por jugar excesivamente con el dispositivo electrónico, el niño puede retomar sus actividades cotidianas y médicamente considerarse que su crisis fue únicamente por la exposición a las luces de la televisión, particularmente el azul de la pantalla.

    Para determinar que el incidente efectivamente fue causado por destellos, colores y variaciones de imágenes del monitor, el Seguro Social realiza exámenes especializados, como electroencefalogramas, resonancias magnéticas y estudios de laboratorio. Además, debe considerarse que las afectaciones cerebrales pueden originarse porque el menor de edad se desvela y no ingiere alimentos.

    Debido a este fenómeno sociológico contemporáneo, en el que predomina la inactividad física, los menores aficionados a los videojuegos también pueden padecer una video-adicción e incluso enfermedades cardiovasculares que pueden derivar en infarto, en el caso de los adultos jóvenes.

    Hay casos documentados de adolescentes que han jugado más de doce horas y, ante una exposición prolongada a los videojuegos, presentan síntomas como: náuseas, vómito, convulsiones, crisis de ausencia, sudoración, insomnio, pesadillas, estrés, crisis fotosensibles, tolerancia a la violencia y al dolor-placer-tensión (cuando la adrenalina se eleva considerablemente), característica clásica de la adicción.

    El neurólogo Cuevas García recomendó a los padres de familia establecer reglas para que sus hijos dediquen un tiempo moderado a los videojuegos, y propiciar la ejercitación intelectual de su familia por medio de la lectura, visitas a museos o partidas de ajedrez.

    Por otra parte, en el caso de las lesiones en articulaciones de la mano por el uso excesivo de videojuegos y computadoras, éstas inician en el dedo pulgar, pues es el de mayor uso en los controles de los aparatos electrónicos, comentó la doctora María Mazadiego González, coordinadora Clínica de Educación e Investigación en Salud de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación (UMFR) Región Norte IMSS, en el Distrito Federal.

    Dijo que si los menores tienen el hábito de jugar a diario por más de dos horas con las llamadas consolas de video, experimentan dolor entre el pulgar y la muñeca, primero de forma eventual y posteriormente, con mayor frecuencia. Actualmente, agregó, en México existen alrededor de 15 millones de usuarios de esos productos.

    Explicó que esas molestias se conocen como tendinitis, que de no ser atendidas oportunamente, pueden afectar los músculos del brazo y hasta las articulaciones del codo, ya que el dolor puede impedir que el paciente realice actividades tan cotidianas como escribir, peinarse o vestirse.

    La investigadora y terapeuta María Mazadiego refirió que para atender estos padecimientos, el Seguro Social ha consolidado un tratamiento de fisioterapia con rayo láser, mediante el cual se ejerce una acción antiinflamatoria en los tendones alterados. Así, en un promedio de seis sesiones cada tercer día y durante dos semanas, el derechohabiente recupera la movilidad de su mano.